Capítulo
4: Venden a Perfecto
Nos
acercamos y entramos. Era mucho más grande que la nuestra.
_ Mmmm…_ Dijo ella_ No está mal. No es tan
bonita como la nuestra, pero…
_No es aquí, Joli. Aún no hemos llegado
junto a… Eik.
Se me quedó mirando, como extrañada por
enfatizar la última palabra. Para quitar la tensión dije:
_Voy a dar una vuelta.
Y así hice.
Estaba llena de comerciantes artistas y
cómicos.
Después de volver me di cuenta de que
faltaba algo…
_ ¿Y Perfecto?
_ Ah, lo vendí.
_ ¿¡Que has hecho qué!?
_ No me des las gracias.
_ ¡no te las voy a dar!
_ Pareces enfadado…
_ ¡¡ES QUE ESTOY ENFADADO!!
_ Pero… ¿Tú no odiabas a Perfecto?
_ ¡¡Si, pero no es mío!! Si se entera mi
abuelo me… ¿Dónde está?
_ Ah, es ese hombre que se está yendo el que
lo compró.
_ ¡Que se está yendo! _ Y me fui en su
rescate.
Después de una persecución me lo devolvió,
pero tuve que pagarle más.
_ Joven…_ dijo Joli_ Lo siento. Yo solo quería…
_ Ayudar. ¡Pero no lo has conseguido! ¡Hemos
perdido dinero y tiempo!
_...
Quizás fui demasiado duro, pero yo soy así.
Continuamos por la ciudad, ya anochecía y
buscábamos posada. Después de un rato, dejé de oír a Joli. Cuando me giré ya no
estaba.
La busqué por donde habíamos pasado, pero no
estaba. Pregunté si la habían visto. Nada. Joli estaba perdida o secuestrada.
Estuve buscando durante horas, pero no la encontré, hasta e escuché un fuerte
grito chillón: Joli.
El grito procedía de un callejón. Corrí
hacia él y vi a alguien agarrando a Joli.
Joli pataleaba y empujaba para poder
soltarse, pero parecía que el hombre no la quería soltar. La iba a violar.
Corrí en su rescate, como haría cualquier
aprendiz de caballero, le pegué una patada al hombre en la pierna.
Era mucho más alto que yo, de ojos verdes
claros y con el pelo cobrizo. Me miró enfadado, pero no me intimidé, o intenté
que no se me notara que estaba asustado.
_ Je je je…_ rió descarado_ Si es Joven…
¿Sigues cocinando para la jovencita?
_ ¿?_ Me di cuenta que era uno de los amigos
de BB_ No.
_ Ya, claro. ¿Y dónde está ahora mismo?_
dijo agarrando bien a Joli y tapándole la boca.
_ Es esa.
Se quedó mirándola.
_ Ah, vale. Entonces estaba huyendo de ti._
y se rió maliciosamente_ Será divertido.
_ ¡Estúpido!_ le gritó Joli_ ¡Por lo menos
él no es un mono como tú!_ y le pegó una patada.
Era el momento de actuar. Saqué la espada,
pero él era más rápido que yo, y ya había desenfundado.
_ En guardia.
_ Eh…_ dije al ver que rodeaba a Joli con su
brazo enorme y la pegaba a él_ ¿No podemos solucionarlo de otra forma?
_ Ja, ja. ¿Tienes miedo?
_ ¡No!
Joli le mordió la mano al hombre.
_ ¡¡Vamos, Joven!_ me dijo_ ¡Sé que puedes!
¡¡HAZ BROCHETAS CON ÉL!!
_ Joli…_ dije avergonzado.
Y empezamos la pelea.
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