Capítulo
7: la enfermedad
_ ¿Estás
segura que te picó una araña?
_ No sé. E he dicho que creo.
_ Bueno, pues lo único que podrás hacer es
guardar reposo.
_ Sí.
Se tumbó mientras, yo la arropé.
_ Duerme bien.
Sus ojos se fueron cerrando poco a poco y
ahí fue cuando comencé a llorar. Entonces yo era un poco penoso.
Una persona a mi lado. No me moví y
permanecí en silencio.
La persona agarró en brazos a Joli y se fue.
Me levanté y le seguí desde lejos.
_ (¿Qué hará ese…?)_ pensé.
Entró dentro de una casa y cerró la puerta.
Me acerqué y comencé a aporrear la puerta.
_ ¡Abre la puerta! ¡Sé que has secuestrado a
una persona y es ilegal!
No me abrió. Solo se asomaron unos ojos por
la ventana.
_ ¡¡No le permito que secuestres a mi
acompañante!! ¡¡Soy caballero!!
_ ¿Y qué más?_ preguntó abriendo un poco la
ventana_ Tú no eres caballero.
_ ¿¡Osáis dudar de mis palabras!? ¡Vergüenza
debería daros!
_ Deja de hablar así, Joven.
_ ¿Me conoces?
_ Claro._ y abrió la puerta.
_ ¿Primo?
_ Sí. Hace tiempo que no nos vemos, ¿eh?
_ ¿Qué haces aquí?
_ Desposé a una mujer y ahora vivimos aquí.
_ Qué bien, ¿no?
_ Sí. Bueno… Oímos que le había pasado algo
y la trajimos aquí.
_ ¿Me has estado expiando?
_ Sí.
Los dos entramos dentro y una joven me
saludó. Estaba curando a Joli.
_ Buenos días._ me dijo cortésmente_ No te
preocupes, se recuperará.
_ ¿Sabes de medicina?
_ Claro.
Por un momento pensé que era una bruja, pero
no lo era porque las brujas no curan a los necesitados.
_ Hola, Joli._ le dije en bajo acercándome a
ella.
Tenía la pierna la pierna izquierda vendada
y un trapo mojado en la cabeza. Estaba tumbada en una especie de colchón.
_ Ah...Hola…
Me senté a su lado. Ella me
agarró de la mano.
_ Joven… Gracias._ y cerró los ojos haciendo
que me asustaras por si acababa su vida.
_ Déjale descansar_ me dijo la mujer de mi
primo_ No es nada muy grave, así que quédate aquí hasta mañana.
Me desperté al día siguiente. Una manta me
cubría hasta la nariz.
_ Buenos días _Joli estaba sentada a mi
lado_. Ya me encuentro mejor, no hace falta que me preguntes.
_ Me a…_ bostecé_…legro.
Me levanté y le pregunté:
_ ¿Qué fue lo que pasó al final?
_ Pues si te digo la verdad, al final no me
enteré. Estaba media “ida”.
_ ¿Y podemos continuar con el viaje?
_ Claro.
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