Seguidores

lunes, 7 de enero de 2013

capítulo 6


Capítulo 6: El amor duele
   Me quedé mirando el fuego.
   _ ¿Pasa algo?_ preguntó.
   _ Oh, vamos. Cuéntame que pasa.
   _ Vale._ pensé rápido_ Tengo una amiga, y me gusta…
   _ Ajá.
   _… Pero tengo miedo que si digo lo que siento deje de ser mi amiga.
   _ ¡Ah! ¡El típico dilema! ¿Aparenta que le gustas?
   _ A medias…
   _ Tienes que escoger: O arriesgarte o conformarte. Si a ella le gustas, díselo.
   _ ¿¡Pero y si no le gusto!?
   _ Haz lo que te diga el corazón.

   _ ¡Vale! ¡Se lo diré!
   Quedé pensando durante media hora mientras comía, al final me decidí.
   _ Me gustas.
   Joli se giró hacia mí y me miró algo sorprendida.
   _ Vaya… Tú también me gustas.
   _ ¿¡Enserio!?_ dije sonriendo a más no poder.
   _ Claro. Eres muy buen amigo.
   _ Ah, eso.
   _ Tú te referías a que te gusto como amiga, ¿no?
   _... Claro.
   _ Uf, menos mal. Pensé por un momento que te referías a que te gusto de verdad.
   _ ¿Qué? ¡No! Qué tontería.
   Cuando terminamos, seguimos el camino, y yo seguía un poco deprimido por la respuesta. Más tarde me di cuenta que Joli me estaba hablando.
   _... Y entonces… ¡No me estás escuchando!_ dijo enfadada.
   _ Lo siento. Es que…
   _... Estás pensando en la chica que te gusta, ¿no?
   _ Eh… Sí… ¡Mira, si ya hemos llegado a un pueblo!_ ese fue mi intento de cambiar de tema, y lo conseguí.
   _ Sí…
   _Vamos allí._ y nos dirigimos hacia la ciudad.
   Era de noche cuando llegamos a la ciudad. Las farolas daban un aire místico a la ciudad. Era absolutamente precioso.
   _ Vaya…_ alucinó Joli_ ¡Qué bonito! Lástima que tengamos que irnos tan pronto.
   _ Eres tú la que quiere darse prisa.
   _ Ya. Tengo miedo a que me alcancen los guardias.
   _ De acuerdo.
   Cogimos las primeras provisiones que encontramos y nos fuimos.
   No pudimos estar más tiempo, porque me pareció haber visto a un guarida de nuestra ciudad buscando.
   _ La siguiente ciudad es de unos primos míos_ dijo Joli_ Quizás si hablo con ellos y les pido que no me delaten… puede que nos den más dinero. Estamos un tanto arruinados ahora, así que lo necesitamos. También podríamos cobijarnos allí a  la noche.
   _ Sí. Venga, vamos.
   Salimos de la ciudad y volvieron los problemas.
   _ Me encuentro mal._ me dijo.
   _ ¿Qué?
   _ Sí. Creo que me he puesto mala.
   _ ¡Ag! ¡En que momento!
   _ Lo siento…
   _ Paremos.

   Estaba pálida y ardía. Comencé a tener miedo.
   _ Será mejor que te acuestes. Dormir es la mejor medicina.
   Joli tiritó.
   _ Va-vale…
   _ Y… ¿Qué te ha pasado? ¿Sabes por qué te has puesto mala?
   _ No sé… Creo que me picó una especie de araña o algo así cuando dormía.
   Yo también me puse blanco.
   _ Oh, no.

No hay comentarios:

Publicar un comentario