Capítulo
6: El amor duele
Me
quedé mirando el fuego.
_ ¿Pasa algo?_ preguntó.
_ Oh, vamos. Cuéntame que pasa.
_ Vale._ pensé rápido_ Tengo una amiga, y me
gusta…
_ Ajá.
_… Pero tengo miedo que si digo lo que
siento deje de ser mi amiga.
_ ¡Ah! ¡El típico dilema! ¿Aparenta que le
gustas?
_ A medias…
_ Tienes que escoger: O arriesgarte o
conformarte. Si a ella le gustas, díselo.
_ ¿¡Pero y si no le gusto!?
_ Haz lo que te diga el corazón.
_ ¡Vale! ¡Se lo diré!
Quedé pensando durante media hora mientras
comía, al final me decidí.
_ Me gustas.
Joli se giró hacia mí y me miró algo
sorprendida.
_ Vaya… Tú también me gustas.
_ ¿¡Enserio!?_ dije sonriendo a más no
poder.
_ Claro. Eres muy buen amigo.
_ Ah, eso.
_ Tú te referías a que te gusto como amiga,
¿no?
_... Claro.
_ Uf, menos mal. Pensé por un momento que te
referías a que te gusto de verdad.
_ ¿Qué? ¡No! Qué tontería.
Cuando terminamos, seguimos el camino, y yo
seguía un poco deprimido por la respuesta. Más tarde me di cuenta que Joli me
estaba hablando.
_... Y entonces… ¡No me estás escuchando!_
dijo enfadada.
_ Lo siento. Es que…
_... Estás pensando en la chica que te
gusta, ¿no?
_ Eh… Sí… ¡Mira, si ya hemos llegado a un
pueblo!_ ese fue mi intento de cambiar de tema, y lo conseguí.
_ Sí…
_Vamos allí._ y nos dirigimos hacia la
ciudad.
Era de noche cuando llegamos a la ciudad.
Las farolas daban un aire místico a la ciudad. Era absolutamente precioso.
_ Vaya…_ alucinó Joli_ ¡Qué bonito! Lástima
que tengamos que irnos tan pronto.
_ Eres tú la que quiere darse prisa.
_ Ya. Tengo miedo a que me alcancen los
guardias.
_ De acuerdo.
Cogimos las primeras provisiones que
encontramos y nos fuimos.
No pudimos estar más tiempo, porque me
pareció haber visto a un guarida de nuestra ciudad buscando.
_ La siguiente ciudad es de unos primos
míos_ dijo Joli_ Quizás si hablo con ellos y les pido que no me delaten… puede
que nos den más dinero. Estamos un tanto arruinados ahora, así que lo
necesitamos. También podríamos cobijarnos allí a la noche.
_ Sí. Venga, vamos.
Salimos de la ciudad y volvieron los
problemas.
_ Me encuentro mal._ me dijo.
_ ¿Qué?
_ Sí. Creo que me he puesto mala.
_ ¡Ag! ¡En que momento!
_ Lo siento…
_ Paremos.
Estaba pálida y ardía. Comencé a tener
miedo.
_ Será mejor que te acuestes. Dormir es la
mejor medicina.
Joli tiritó.
_ Va-vale…
_ Y… ¿Qué te ha pasado? ¿Sabes por qué te
has puesto mala?
_ No sé… Creo que me picó una especie de
araña o algo así cuando dormía.
Yo también me puse blanco.
_ Oh, no.
No hay comentarios:
Publicar un comentario